BLOG DE CLAUDIA GUGGIANA

Por Claudia Guggiana Sanchez 19 sept, 2020
Cuando en nuestra vida cotidiana dejamos de ser nosotros mismos, aunque sea en una situación sin importancia, en realidad, estamos postergándonos, estamos traicionándonos, estamos dejándonos de dar y estamos quitando a los demás y al universo. Esa parte que no se expresa ahí fuera, es una oportunidad muy grande y liberadora que pone en marcha unos engranajes más profundos y valiosos de lo que imaginamos. En la medida en que no plasmamos en la experiencia esa parte de nosotros, de algún modo, nos estamos robando y robando al otro y a la vida. No somos dueños de nuestra energía, somos meros administradores de la misma para el bien propio y el de los demás. No sabemos las implicaciones grandiosas que nuestra presencia posee en el esquema vital propio y del otro, con el cual nos relacionamos; pero no nos corresponde juzgarlo y será muy difícil, desde la óptica mental, medirlo. Creemos erróneamente que eso que postergamos no es importante y que casi no se notará, pero existe dentro de cada uno, una cuenta que va sumando o restando. En la medida en que damos adecuadamente sumará y en la medida en que no demos adecuadamente, restará. Eso que resta, ¿en qué se traduce? No sentiremos perdidos, solos, faltos de estímulo, cansados e incluso no alcanzaremos objetivos que estaban disponibles, porque si quitamos a la vida y a los demás, la vida también nos quita. Por lo tanto, seamos conscientes de la importancia de SER testimonio fidedigno y claro de lo que llevamos dentro. No nos posterguemos a la primera de cambio. Demos al otro, a la vida y al universo lo que nos toca dar. Testimoniémonos por entero cuando nos toca. Es el único modo de vivir en armonía.
Por Claudia Guggiana Sanchez 02 ago, 2020
A menudo me encuentro con personas que me preguntan, ¿qué es el miedo a perder? Yo les respondo: simplemente no querer entregarse a la experiencia, a la vida. ¿Por qué siempre queremos ganar? Porque con ello creemos que seremos felices. Querer ganar nos conduce a retener y para ello necesitamos dirigir la vida desde la voluntad, haciendo nuestro parecer con nosotros y con los demás. En ese sentido, los demás, se convierten en piezas de nuestro propio juego. Cuando jugamos al juego de ganar o perder, en ese instante, procuraremos controlar a los demás, a nuestra vida y a nosotros mismos nos pondremos en una cárcel de la que después será muy difícil salir. ¿Por qué nos asusta la libertad? Porque deseamos ganar ¿Que? Muchas veces, ni siquiera lo sabemos Simplemente, no nos entregamos, no SOMOS Dar es SER (uno mismo) y en esa medida nos desprendemos del control y de la mente, del juego de ganar o perder para, simplemente, aprender. En ese aprendizaje hay amor, hay luz, dejamos que la llama de la vida entre y nos proponga el paso siguiente. Vivir desde esa perspectiva es difícil en un mundo donde nadie quiere mostrarse tal cual es, en el que la vida, permanentemente, es un juego a escondidas donde, por no querer perder, ( a veces no sabemos qué) no damos nada, no dejamos ver nada más que lo justo para continuar en ese mismo juego de ganar o perder. ¡Qué pobre está el ser humano actual viviendo de este modo y qué pocos resultados gratificantes obtiene a la larga! Porque todo lo que hacemos a otros nos lo hacemos a nosotros. SI NO SOY, ES DECIR NO DOY, NO ME DOY. Cuando pasa el tiempo, miramos hacia atrás nuestra vida y estamos llenos de sinsabores o miedos, algunos nos hemos de preguntar ¿qué ha ocurrido? Y es entonces cuando, tal vez, tendremos la oportunidad de cambiar de estado, de cambiar la visión por una donde la generosidad, que implica simplemente mostrarnos, toma la primera posición para dejar de intentar ganar o controlar y entregarnos con amor y confianza a la experiencia de SER. SOLO GANA EN VERDAD QUIEN LOGRA SER. Y en este caso, no es un juego mental, es mucho más simple, es SER VERDAD, que es actuar según siente nuestro CORAZÓN SINCERO. NO ES MÁS FELIZ QUIEN MÁS TIENE SINO QUIEN MÁS DA Me encuentro con personas que me dicen: ̶ No tengo nada para Dar Y yo les respondo: ̶ ¿ Y tu verdad? ¿Y tú como persona? Puedes escuchar a alguien que lo necesita, puedes dar tu opinión sincera, puedes dar tu tiempo… Hay tantos “puedes” en un instante, en la vida de cada uno, que son infinitas las posibilidades o puentes que podemos tender hacia el mundo. Somos ricos, estamos llenos, solo es cuestión de que nos llenemos de fuerza y expresemos.
Por Claudia Guggiana Sanchez 22 jul, 2020
Hoy día, no se habla de profundidades, no está de moda, parece que hemos de ocultarnos y avergonzarnos, parece que no hemos de tener sentimientos, solo razones. Prima la necesidad de estabilidad, cuando la realidad es inestable; prima la necesidad de paz, cuando en realidad el ser humano está lleno de guerras internas. Es una falacia pensar que, en medio de este tumulto, podemos solucionar las cosas desde una perspectiva de generalidad, de globalidad. No se puede conocer el alcance real del problema del mundo, pero sí podemos conocer el alcance real de nuestros problemas, de nuestras oscuridades. Haciendo claridad dentro de cada uno, podremos construir en verdad claridad en el exterior. Todo cambio trae consigo confusión, pero a veces allí radica la clave. Solo construyendo en la verdad podremos continuar; si seguimos construyendo sobre falacia y mentira, la mentira se perpetuará y los movimientos para que la verdad aflore, serán cada vez más profundos y cada vez más radicales. Hemos de conciliarnos con nosotros en primer lugar, para poder comprender el sentido de la conciliación global. Todo está dentro de cada uno. La verdad se halla en lo más profundo. No hemos de olvidarnos de que, ante todo, somos individuos.
Por Claudia Guggiana Sanchez 19 abr, 2020
"Los cambios nos traen regalos. Los cambios nos anuncian algo que hemos de descubrir. Los cambios nos abren a nuevas perspectivas que hemos de aprender a dilucidar su sentido. La vida, con sus cambios permanentes, nos impulsa en la dirección que precisamos; solo hemos de observar y observarnos a través de ellos, pues allí radica la clave de nuestro aprendizaje, de nuestra liberación, de nuestra felicidad al fin. Ella está en nuestra mano, pero no lo sabemos porque no comprendemos cómo leer en su idioma. La felicidad tiene un lenguaje propio. La felicidad está presente permanentemente en nuestra vida, aún en los tiempos más adversos. Sin embargo, su color especial hace que sea muy difícil para nosotros encontrarlo, en nuestra lectura actual de los hechos. Es decir, nuestra psiquis y nuestra cultura no nos han enseñado a leer correctamente las circunstancias, y parece que todo es repetitivo, y parece que todo siempre ha de estar igual, y parece que las circunstancias nos son adversas. No existe tal adversidad; solo existe en nosotros un deseo de permanencia erróneo, en un lugar inhóspito que no comprendemos su sentido real... " Claudia Guggiana. Ejercicios para el reencuentro. 2013 Eternity Ediciones.
Por Claudia Guggiana Sanchez 02 abr, 2020
Cuando percibimos que algo nos falta, deseamos obtenerlo. Siempre que nos situamos en el campo de la necesidad , tarde o temprano concluiremos en el desequilibrio . Es preciso situarse en la observación de TODO EL PROCESO QUE NOS CONDUCE A PENSAR QUE ALGO NOS FALTA. ESTO QUE NOS FALTA SE LLAMA "entendimiento profundo" . Hemos de ARMAR NUESTRO ROMPECABEZAS UTILIZANDO LAS PIEZAS CLAVE DE NUESTRO PANORAMA VITAL: personas, acontecimientos, todo lo que nos duele, nos molesta, nos perjudica, nos confunde, no nos hace felices. Intentemos situarnos dentro de ese campo. ¿Dónde estamos nosotros? Cuando lo veamos, podremos comenzar a percibir aspectos, situaciones, palabras, gestos que, en realidad, están conformando ese entramado en el que estamos situados. En ese hallazgo hay perfección, nada falta, nada sobra. La lucha de opuestos siempre está presente en la mente . Cuando ella calla, podemos emprender el camino de retorno. Nada es lo que parece . Claudia Guggiana. Juego del autoconocimiento. Eternity Ediciones 2017
Por Claudia Guggiana Sanchez 02 abr, 2020
El equilibrio no implica estar tranquilo, estar en paz, que lo interno y lo externo coincidan. El equilibrio es haber alcanzado un status de silencio capaz de traducir los símbolos a un lenguaje que siempre permite hallar la verdad detrás de la anécdota. Claudia Guggiana. Juego del autoconocimiento. Eternity Ediciones 2017.
Por Claudia Guggiana Sanchez 28 mar, 2020
Hoy voy a contar la historia Del arrepentido Que viviendo en la memoria Se perdió el camino Es hermano de ese que anda Siempre en el futuro Pasa temporadas largas Sordo, ciego y mudo Hoy voy a cantarte la canción Del arrepentido Si saltas vives Pero hay que saltar pa' 'dentro Y no hay parada de metro Que nos lleve a ese lugar Donde los miedos Se confunden con la vida Y no queda otra salida Que volvernos a encontrar Con el presente El que nos lleva las cuentas pendientes Del más humilde hasta el más influyente El que te dice, oye Melen, pórtate bien Vamos pa' Oviedo que nos deja el tren Hoy voy a contar la historia Del que busca fuera Queriendo encontrar culpables Para sus problemas Ese que va por la vida Con la razón siempre Y no sabe que no existe Eso que defiende Hoy voy a cantarte la canción Del arrepentido Si saltas vives Pero hay que saltar pa' 'dentro Y no hay parada de metro Que nos lleve a ese lugar Donde los miedos Se confunden con la vida Y no queda otra salida Que volvernos a encontrar Con el presente Donde huyen los fantasmas Se ahogan las supersticiones Donde todo el mundo baila al ritmo De los corazones Ahí donde todos los miedos, Carlos Se desaparecen Donde todas las tristezas se van Cuando me ven aparecer Si saltas vives Pero hay que saltar pa' 'dentro Y no hay parada de metro Que nos lleva a ese lugar Donde los miedos Se confunden con la vida Y no queda otra salida Que volvernos a encontrar Despierta Con cada segundo que pasa se cierra una puerta En cada mirada perdida se muere un paisaje Que cada momento que vuela no vuelve Despierta Conecta tu cuerpo mediante la mente a la fuente Que mueve hasta lo que no ves Porque crees que es inerte Y así podrás al fin saber lo que grita el planeta Ya llegó la hora de que miremos dentro Despierta Compositores: Carlos Vives/ Ramón Melendi
Por Claudia Guggiana Sanchez 26 mar, 2020
Programar la mente implica situarnos en la observación metódica de todo acontecimiento. Ella se convierte así en instrumento de superación y no en la que manda y decide. Conectamos, de este modo, con un estado desde donde emana la sabiduría. Hemos de actuar según percepciones que surgen de lo espontáneo, del instante. Si tenemos atención, podemos percibir ese lenguaje que también forma parte de nosotros. Está más allá de los vaivenes y los cambios. Cuando todo cesa, eso sigue ahí sin cambios. Solo hemos de persistir en la observación metódica. Cuando calculamos excesivamente para controlar, perdemos espontaneidad, que es la conexión con la fuente. Si nos situamos en un campo de comprensión, volvemos nuevamente al equilibrio y a la fuerza. Aunque externamente todo parezca perderse, internamente estamos fuertes y a salvo. Claudia Guggiana. Juego del autoconocimiento. Eternity Ediciones. 2017
Por Claudia Guggiana Sanchez 21 mar, 2020
El tiempo de recogimiento que estamos viviendo, a raíz del virus Covid 19, no es un tiempo para salir corriendo. Es un período de nuestra vida donde, involucrarnos de lleno dentro de nosotros, nos permitirá abrir puertas antes nunca vistas. La vida, en su inteligencia, nos pide parar. Ese es el instante actual compartido por muchos. Es el momento de dar un salto. En la medida en que sepamos ver este período como una gran oportunidad para conocer-nos, será un momento transformador como pocos. En la medida en que huyamos, rechacemos, no queramos ver ni aceptar lo que llega como valioso, no podremos atravesar este tránsito con sabiduría, con equilibrio y no lo aprovecharemos adecuadamente. No se trata de protestar, no se trata de huir, no se trata de hundirnos en el miedo: se trata de aprovechar una oportunidad única para ver lo que antes no hemos visto, sentir lo que no nos permitimos sentir, decir lo que queremos decir y cambiar lo que está en nuestras manos cambiar. Estos días en que el miedo preside muchas de las decisiones más triviales, meditemos sobre nuestros gestos y actitudes. La llave más valiosa para superar el miedo consiste, justamente, en dar lo mejor a todo el que tengamos cerca. Dar implica abrir, implica soltar. El miedo implica retener, desconectar, quedarse escondido. En la medida en que deseemos encontrarnos mejor o incluso bien, solo tenemos que abrirnos, dar de nosotros todo lo que podamos: una palabra, un gesto, una actitud. Todo cabe en ese dar y podremos ver cómo, pronto, nos encontraremos mejor. Hagamos este ejercicio en pequeñas dosis y, de a poco, las dosis pequeñas se irán convirtiendo en dosis más grandes hasta que, sin darnos cuenta, estaremos instalados en una sintonía distinta donde Dar que equivale a Ser, se convierte en el ingrediente fundamental. En ese Dar desinteresado surge siempre lo nuevo: desde esa inmensidad que somos, se produce la paz, ahí nada nos falta, nada nos sobra y vivimos en el instante. En ese estado no hay miedo. ¡Adelante, animémonos a probarlo!
Por Claudia Guggiana Sanchez 14 mar, 2020
Cada domingo, a través de los mensajes que enviamos vía Wattsapp, nos acercamos a aquellos amigos que realmente desean encontrar una respuesta que les ayude a continuar con su vida, a entender, a fortalecerse, a aprender desde la verdad, que es, desde el corazón sincero y noble. Estamos viviendo un tiempo en el que se nos pide confianza. ¿En qué, podemos preguntarnos? ¿En las autoridades, en los científicos, en nosotros, en el creador, si esa es nuestra creencia? Se nos pide calma: ¿para qué? ¿Para saber esperar, para saber aceptar, para no dejarnos hundir por la desesperación? Evidentemente que todos estos sentimientos están ahí, los tenemos cada uno, los hemos experimentado en algún momento de nuestra vida, pero realmente ¿qué hacemos con ellos cuando surgen?Generalmente salimos corriendo. A veces, nos distraemos y salimos de viaje o nos llenamos de cosas para satisfacer momentáneamente ese pico de dolor que nos hunde y, después, gracias a eso que escogemos para tapar, podemos continuar. ¿Hoy, acaso podemos salir corriendo? ¿Hoy, acaso podemos llenar nuestro tiempo con alguien o con algo? No. ¿Qué podemos hacer realmente para ayudarnos? Admitir que tenemos dolor o que tenemos miedo y quedarnos con ellos, abrazarlos fuertemente, aceptarlos y esperar. Es seguro que detrás de ese instante, hay más instante, pero ese instante nuevo no es el que solemos experimentar cuando salimos a la calle a cubrirnos de materialismo o en busca de alguien que nos consuele; es un instante distinto, es EL INSTANTE con mayúsculas, es el que nos toca únicamente a cada uno. Esperemoslo, como quien espera a ese gran amigo que nos consolará, porque ese INSTANTE es la verdad que aflora de dentro de nosotros y esa verdad es fuerza, es claridad, es amor. Adelante. Animémonos a probarlo. Descubramos al verdadero INSTANTE SANADOR que nos dará la fuerza que necesitamos, la claridad para continuar, la paz y nos consolará con las palabras adecuadas, porque ese instante que hemos creado es nuestro, solo nuestro, nos pertenece por entero, es nuestra creación. Dejemos de huir de nosotros y de todo lo creado que no nos gusta. En nosotros está la fuerza, está la luz. Solo tenemos que saber esperar el momento; llega para abrazarnos fuertemente, seguro. Vivamos nuestra vida así, de este modo. La realidad, para cada uno, será distinta. * Aprovecho para decirte que, si es tu deseo recibir los mensajes para meditar que enviamos los domingos vía wattsapp, te pongas en contacto con nosotros por email, por wattsapp o mensaje de móvi (los encuentras al pie de la página), o a través del formulario de contacto. Estaremos encantados de incluirte en nuestra lista de difusión.
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Por Claudia Guggiana Sanchez 19 sept, 2020
Cuando en nuestra vida cotidiana dejamos de ser nosotros mismos, aunque sea en una situación sin importancia, en realidad, estamos postergándonos, estamos traicionándonos, estamos dejándonos de dar y estamos quitando a los demás y al universo. Esa parte que no se expresa ahí fuera, es una oportunidad muy grande y liberadora que pone en marcha unos engranajes más profundos y valiosos de lo que imaginamos. En la medida en que no plasmamos en la experiencia esa parte de nosotros, de algún modo, nos estamos robando y robando al otro y a la vida. No somos dueños de nuestra energía, somos meros administradores de la misma para el bien propio y el de los demás. No sabemos las implicaciones grandiosas que nuestra presencia posee en el esquema vital propio y del otro, con el cual nos relacionamos; pero no nos corresponde juzgarlo y será muy difícil, desde la óptica mental, medirlo. Creemos erróneamente que eso que postergamos no es importante y que casi no se notará, pero existe dentro de cada uno, una cuenta que va sumando o restando. En la medida en que damos adecuadamente sumará y en la medida en que no demos adecuadamente, restará. Eso que resta, ¿en qué se traduce? No sentiremos perdidos, solos, faltos de estímulo, cansados e incluso no alcanzaremos objetivos que estaban disponibles, porque si quitamos a la vida y a los demás, la vida también nos quita. Por lo tanto, seamos conscientes de la importancia de SER testimonio fidedigno y claro de lo que llevamos dentro. No nos posterguemos a la primera de cambio. Demos al otro, a la vida y al universo lo que nos toca dar. Testimoniémonos por entero cuando nos toca. Es el único modo de vivir en armonía.
Por Claudia Guggiana Sanchez 02 ago, 2020
A menudo me encuentro con personas que me preguntan, ¿qué es el miedo a perder? Yo les respondo: simplemente no querer entregarse a la experiencia, a la vida. ¿Por qué siempre queremos ganar? Porque con ello creemos que seremos felices. Querer ganar nos conduce a retener y para ello necesitamos dirigir la vida desde la voluntad, haciendo nuestro parecer con nosotros y con los demás. En ese sentido, los demás, se convierten en piezas de nuestro propio juego. Cuando jugamos al juego de ganar o perder, en ese instante, procuraremos controlar a los demás, a nuestra vida y a nosotros mismos nos pondremos en una cárcel de la que después será muy difícil salir. ¿Por qué nos asusta la libertad? Porque deseamos ganar ¿Que? Muchas veces, ni siquiera lo sabemos Simplemente, no nos entregamos, no SOMOS Dar es SER (uno mismo) y en esa medida nos desprendemos del control y de la mente, del juego de ganar o perder para, simplemente, aprender. En ese aprendizaje hay amor, hay luz, dejamos que la llama de la vida entre y nos proponga el paso siguiente. Vivir desde esa perspectiva es difícil en un mundo donde nadie quiere mostrarse tal cual es, en el que la vida, permanentemente, es un juego a escondidas donde, por no querer perder, ( a veces no sabemos qué) no damos nada, no dejamos ver nada más que lo justo para continuar en ese mismo juego de ganar o perder. ¡Qué pobre está el ser humano actual viviendo de este modo y qué pocos resultados gratificantes obtiene a la larga! Porque todo lo que hacemos a otros nos lo hacemos a nosotros. SI NO SOY, ES DECIR NO DOY, NO ME DOY. Cuando pasa el tiempo, miramos hacia atrás nuestra vida y estamos llenos de sinsabores o miedos, algunos nos hemos de preguntar ¿qué ha ocurrido? Y es entonces cuando, tal vez, tendremos la oportunidad de cambiar de estado, de cambiar la visión por una donde la generosidad, que implica simplemente mostrarnos, toma la primera posición para dejar de intentar ganar o controlar y entregarnos con amor y confianza a la experiencia de SER. SOLO GANA EN VERDAD QUIEN LOGRA SER. Y en este caso, no es un juego mental, es mucho más simple, es SER VERDAD, que es actuar según siente nuestro CORAZÓN SINCERO. NO ES MÁS FELIZ QUIEN MÁS TIENE SINO QUIEN MÁS DA Me encuentro con personas que me dicen: ̶ No tengo nada para Dar Y yo les respondo: ̶ ¿ Y tu verdad? ¿Y tú como persona? Puedes escuchar a alguien que lo necesita, puedes dar tu opinión sincera, puedes dar tu tiempo… Hay tantos “puedes” en un instante, en la vida de cada uno, que son infinitas las posibilidades o puentes que podemos tender hacia el mundo. Somos ricos, estamos llenos, solo es cuestión de que nos llenemos de fuerza y expresemos.
Por Claudia Guggiana Sanchez 22 jul, 2020
Hoy día, no se habla de profundidades, no está de moda, parece que hemos de ocultarnos y avergonzarnos, parece que no hemos de tener sentimientos, solo razones. Prima la necesidad de estabilidad, cuando la realidad es inestable; prima la necesidad de paz, cuando en realidad el ser humano está lleno de guerras internas. Es una falacia pensar que, en medio de este tumulto, podemos solucionar las cosas desde una perspectiva de generalidad, de globalidad. No se puede conocer el alcance real del problema del mundo, pero sí podemos conocer el alcance real de nuestros problemas, de nuestras oscuridades. Haciendo claridad dentro de cada uno, podremos construir en verdad claridad en el exterior. Todo cambio trae consigo confusión, pero a veces allí radica la clave. Solo construyendo en la verdad podremos continuar; si seguimos construyendo sobre falacia y mentira, la mentira se perpetuará y los movimientos para que la verdad aflore, serán cada vez más profundos y cada vez más radicales. Hemos de conciliarnos con nosotros en primer lugar, para poder comprender el sentido de la conciliación global. Todo está dentro de cada uno. La verdad se halla en lo más profundo. No hemos de olvidarnos de que, ante todo, somos individuos.
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